El martes
de la semana pasada, en México, ha muerto
para siempre el escritor argentino Juan Gelman. No es la primera vez que muere:
ya murió antes cuando los militares argentinos se llevaron a su hijo y su
nuera, a los que no volvió a ver; también le arrebataron a su nieta, que pudo
recuperar después de 23 años.
Vagó por
Roma, Madrid, París, Nueva York y México, pero nunca olvidó el barrio de Villa
Crespo en Buenos Aires donde había empezado a escribir versos para conquistar a
una chica y donde se hizo seguidor del Atlanta, su equipo de fútbol.
La vida
le dio tantas vueltas, que su poesía siempre está girada, vuelta del revés. Y
así encaró la muerte bárbara y la devolvió con palabras y con verdades nuevas:
"Te mataré con mi hijo en la mano,
y con el hijo de mi hijo
muertito,
voy a venir con diana y te mataré,
voy a venir con jote y te mataré,
te voy a matar, derrota,
nunca me faltará un rostro amado
para matarte otra vez".
y con el hijo de mi hijo
muertito,
voy a venir con diana y te mataré,
voy a venir con jote y te mataré,
te voy a matar, derrota,
nunca me faltará un rostro amado
para matarte otra vez".